Salmo 130. Redención total.
A ti, Señor, elevo mi clamor desde las profundidades del abismo. Escucha, Señor, mi voz. Estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. Si tú, Señor, tomaras en cuenta los pecados, ¿quién, Señor, sería declarado inocente? Pero en ti se halla perdón, y por eso debes ser temido. Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. Espero al Señor con toda el alma, más que los centinelas la mañana. Como esperan los centinelas la mañana, así tú, Israel, espera al Señor. Porque en él hay amor inagotable; en él hay plena redención. Él mismo redimirá a Israel de todos sus pecados. (Salmos 130:1-8 NVI) Este salmo está lleno de esperanza, verdad y revelación. Bueno, como toda la Escritura. Sin embargo, este salmo nos lleva de la desesperación a la promesa más hermosa. De lo profundo a lo más elevado de la misericordia divina. El salmista clama desde la profundidad del abismo en el que está. Esto me hace recordar a Jonás. Aunque en otro contexto, el también cla...