Las Bodas de Caná.

Las Bodas de Caná.

Hoy me levanté pensando en el milagro de las bodas de Caná (Juan 2).
Jesús les indicó llenar las tinajas con agua, y el agua representa la Palabra de Dios. Fue luego entonces, que él la convirtió en vino –que representa el Espíritu Santo.
Él pudo simplemente hacer que apareciera vino en los odres pero quiso hacerlos participar del milagro y enseñarles. Me corresponde a mí llenar las tinajas de agua. Dios hará el milagro y me llenará de Su Espíritu si mi vida está de continuo llena de Él, de su Palabra.
Las tinajas que estaban llenas de agua fueron las que se convirtieron en vino; así como con la viuda (2 Reyes 4,) mientras tuvo vasijas vacías en las cuales vaciar el poco aceite que tenia hubo acéite. Cuando dejó de vaciarse, dejó de fluir.

Llenaré mis vasijas con agua, y vertiré el poco aceite que hay en mi, presentándome ante Dios como una vasija vacía para ser llenada, y para que el agua en mi sea transformada en vino nuevo y bueno.

Es impresionante que Jesús tomara las tinajas que eran del rito de la ley para purificación. Estaban vacías, como muchos que seguían la ley. Y las llenaron.

¿Por qué estaban allí esas tinajas; y por qué estaban vacías? Que tomara las tinajas de la purificación y vertiera en ellas vino (que representa al Espíritu) fue como un acto profético para enseñarles algo poderoso. El Espíritu vendría después del agua. Más que agua para lavarse las manos, era el mismo Espíritu vertido en su interior que les lavaría. Y aunque al principio había vino, este vino del final o nuevo, pasó a ser más excelente que el primero, como lo afirmó el maestresala. Así como también somos herederos de un mejor pacto en Jesús.
Pero para que se realice este milagro en nuestra vida esa instrucción que María le dio a los sirvientes es vital: "hagan todo lo que él les diga."