"Isaías"
Isaías
Una mañana al despertar, estando todavía en la cama vino a
mi mente “Isaías.” No sabía si era el libro o qué, pero me levanté y empecé a
leer los capítulos 7 y 8. ¡Qué bendición!
v. 4 “Dile que deje de
preocuparse; que no hay por qué temer,”
v.9 “A menos que ustedes tengan una fe firme, no puedo hacer
que permanezcan firmes.”
El primer verso del capítulo
7 nos presenta la situación sin detalle alguno. “¿Qué pasó?” “Oh nada, solo que
los reyes de Siria e Israel se unieron para aniquilarnos pero su plan no se les
dio:” v.1“Cuando Acaz,
hijo de Jotam y nieto de Uzías, era rey de Judá, Rezín, rey de Siria,[a] y Peka, hijo de Remalías, rey de Israel, salieron para
atacar a Jerusalén. Sin embargo, no pudieron llevar a cabo su plan.”
¡Así de simple! Eso es todo
lo que pasó. Claro, que cuando Acaz el rey de Judá se enteró, dice la biblia
que temblaba como tiemblan los árboles en una tormenta. Tanto así que, preocupado, salió a caminar y llegó hasta el final de un largo acueducto de
agua. Pero Dios envía a Isaías a donde él estaba, allí en aquel lugar remoto y
solitario, y le dice esas palabras – yo te puedo sostener en pie pero tienes
que confiar plenamente en mí.
v.3 “Entonces el Señor dijo a Isaías: «Toma a tu hijo
Sear-jasub y ve al encuentro del
rey Acaz.”
El nombre Sear-jasub
significa: “regresará
un remanente.” Esto también era parte del mensaje de Dios. Una señal de
esperanza para afirmar su fe.
¿Dónde estás tú hoy? ¿Hasta dónde te han llevado tus
pasos deambulando en tus preocupaciones? Pues allí te llama Dios y te envía su
palabra:
Deja de preocuparte. No hay por qué temer!
-Bienaventurada
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